Este artículo, publicado en Suplemento Zen de El Mundo, plantea la necesidad de hacer «apagones tecnológicos». Dejar en casa los móviles y olvídarse de las consolas y las tabletas. Que los niños salgan a la calle, que inventen juegos nuevos y que no olviden los antiguos, que construyan fortalezas con toallas y cabañas con palos, que disfruten de la naturaleza, una parte esencial de la infancia. No dejemos que esto se detenga con nuestra generación.
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