El concepto de habilidad social engloba muchas destrezas específicas que se usan en diferentes situaciones de intercambio social pero podríamos definirla como el conjunto de capacidades para emitir conductas en situaciones interpersonales con la finalidad de obtener respuestas gratificantes de los demás.
Uno de los aspectos que mas importan a las personas es tener amigos y amigas. En este campo utilizamos gran parte de nuestra habilidad social. Somos seres sociales y “socilizarnos” es una de las motivaciones inconscientes o conscientes que dirigen nuestra conducta habitualmente. En las familias y centros educativos uno de los objetivos y temas de trabajo con los niños y las niñas es que puedan obtener un buen nivel de relaciones interpersonales, esto es, que se sientan cómodos en presencia de otros niños y niñas o de adultos. Sin embargo los resultados no son los esperados en muchas ocasiones. La dificultad está en que todavía no se realiza este aprendizaje de forma demasiado estructurada sino mas bien intuitiva. Los padres y madres saben que sus hijos/as necesitan tener amigos y potencian en algunos momentos estas relaciones de forma adecuada y en otras de forma confusa, enviando mensajes ambíguos “tienes que tener amigos pero los que a mí me gusten” o “ busca amigos pero no te fíes mucho de ellos”
…En colegios e institutos de enseñanza se cuida la socialización pero no se puede, en muchas ocasiones, adecuar pautas para casos específicos, así que se lanzan buenas ideas y el que tiene mas habilidad interpretativa o mas referentes familiares podrá hacer buen uso de ellas, pero otras personas no sabrán muy bien interpretar algunas indicaciones si no son específicas, concretas y claras. Estamos empezando a centrar un aspecto básico del tema , ¡las habilidades sociales se aprenden!. El aprender y desarrollar estas habilidades relacionales es fundamental para conseguir óptimas relaciones con el mundo y con los otros habitantes de ese espacio compartido del mundo en el que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo: colegio, instituto o universidad. Y si tenemos habilidad social, seremos mas capaces de guiar la conducta y el pensamiento del otro en la relación y esta mejorará. Todas las personas hemos ido, por tanto, aprendiendo patrones de relación a través de los modelos que hemos visto al natural (personas de nuestro entorno) o a través de la televisión, cine o libros que hemos leído.
Aprendemos a comunicarnos, adaptarnos a las dificultades o resolver conflictos según nuestros modelos. Cierra los ojos y piensa en los modelos de conducta que has tenido a tu alrededor. Recuerda quien te ha influido, padre, madre, profesores, amigos de la familia, compañeros de clase, ídolos de la televisión, héroes de un libro…¿Como actuaban ante situaciones de dificultad, ante la novedad, los imprevistos o en el conocimiento de nuevas personas?. Y como se comunicaban: ¿gritando?, ¿dialogando?. ¿Tu ídolo televisivo es el que utiliza la fuerza para resolver la confrontación? Las personas aprendemos por imitación de conducta en muchas ocasiones. Pero cuando hemos crecido hemos de analizar esos aprendizajes para descartar los que no son demasiado adecuados e iniciar un proceso de cambio y socialización mas eficaz.