El hecho de que una persona tenga problemas o se sienta mal, no tiene
que ver con que sea fuerte, con que su personalidad esté dañada,  o  con
que sea poco inteligente o esté loco. Todos nos encontramos en el día a
día con situaciones que son difíciles de afrontar y que nos generan
sentimientos de malestar. Estas situaciones son oportunidades de
aprendizaje, que pueden conllevar un crecimiento personal posterior. A
veces, puede ocurrir que no controlamos, o no sabemos cómo afrontarlas y
necesitamos ayuda. Pedir ayuda es un indicador de que la persona es
inteligente y se preocupa por si misma, y que en definitiva busca su
salud y bienestar. Es mucho más difícil que busque ayuda una persona
enferma o poco inteligente.

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