Sí, sabemos que se trata de una decisión muy difícil. Pensar en si debes ir o no a un psicólogo o psicólogapuede llegar a ser muy estresante. Seguro que tienes muchas dudas, si has llegado hasta este punto, puesto que hay mucha gente que sigue pensando que acudir a terapia es únicamente de locos.
Como podréis imaginar, es curioso que este tema siga siendo tabú en nuestro círculo más cercano y se siga relacionando con la locura. Así, hay pruebas de que demuestran que hay una peligrosa tendencia en nuestra sociedad, acelerada por la pandemia.
No en vano, si solo hablamos de ansiedad y depresión, desde hacía tiempo diversos estudios hablaban de que un 40% había padecido una de estas dos patologías en su vida. Ahora, tras el confinamiento y la pandemia, hay estudios que ya hablan de un 65%. Es decir, hablamos de personas que no están locas, ni han perdido el control, pero sufren de una patología que les impide estar a gusto consigo mismos y que está en nuestra mente. Curioso, ¿no?
En algunos casos, no se necesitará de ayuda psicológica para conseguir restablecerse y recuperar la estabilidad mental, pero es posible que otros necesiten de ayuda y renuncien a la misma por “el qué dirán”.
¿Por qué ir a una terapia psicológica?
Obviamente, pueden existir numerosas razones por las que debas acudir a una psicóloga y que te puedan ayudar a sentirte mejor. Aquí, recalcamos algunas situaciones en la que es probable que un especialista te pueda servir de gran ayuda.
Has vivido una situación traumática
La estabilidad mental se ve truncada, en muchas ocasiones, por una situación grave que nos afecta. Efectivamente, se trata de una situación traumática, como la pérdida de un ser querido o una ruptura, y se puede resolver sin necesidad de terapia, ¡o no!
Algunas veces, este tipo de situaciones no se asimilan como es debido, dando lugar a una desestabilización emocional, por lo que es recomendable que se supere junto a un especialista.
Necesitas de tu propio espacio
Hay muchas personas que no paran a pensar en sí mismos. Van, de un lado para otro, pensando en las tareas que tienen que hacer: cuidar de los padres o de los hijos, tener que aguantar interminables jornadas de trabajo, etc. La realidad es que el día a día puede ser muy agotador, donde hay que hacer de todo a todas horas.
Sin embargo, luego no nos encontramos “con nosotros mismos”, no atendemos a nuestras propias motivaciones u objetivos y nos sentimos vacíos. Precisamente, un psicólogo proporciona un espacio para que te prestes atención y no te sientas solo. Un espacio en el que hablar exclusivamente de ti, de tus preocupaciones o metas en la vida.
Comprender tus Actos y Emociones
Puede que haya llegado el momento en el que sientes que no tienes el control de tu vida. Has reaccionado de una forma que no es propia de ti y sientes que no hay una brújula que te pueda orientar. Lo peor de todo es en aquellos momentos en los que tomas una decisión inusual y no sabes por qué.
En este punto, necesitas de un especialista con el que hablar. Tratar las emociones que sientes y saber detectarlas, a fin de encontrar una explicación que sustente tus actos y pensamientos. Poniendo la atención en las emociones y encontrando una justificación, te permitirá sentirte más aliviado.
Gestionar tus Emociones
Si bien la identificación de las emociones es fundamental para saber qué es lo que ha pasado, otra parte fundamental es la de tomar las riendas y así sentirte con el control de la situación. Recuperando dicho control, se alcanza el afianzamiento y estabilidad de nuestra mente.
De la misma manera, un profesional de la psicología te permite identificar y encontrar aquellos pensamientos y emociones disfuncionales y que implican esa sensación de malestar que tanto te preocupa. Con ello, se diseñan una serie de técnicas y estrategias con el que poner fin a esos hábitos tan poco saludables que aparecen por no saber gestionar adecuadamente las emociones.
Resolución de Conflictos
El problema de no tener claro que es lo que se quiere en la vida, ni de los objetivos que se persiguen, son fáciles de detectar en la resolución de conflictos. Día a día, hay que lidiar con conflictos en nuestra esfera personal o laboral.
Si dichos conflictos nos parecen más complejos de lo que deberían, un especialista nos puede ayudar a conocer por qué no sabemos qué decisión tomar y, en definitiva, saber a qué darle prioridad. Con ello, conseguimos una herramienta muy poderosa para hacer frente a problemas cotidianos.
Tal y como puede ver, la labor de un psicólogo o psicóloga no tiene que ser únicamente “tratar con personas locas”. Es más, la psicología trata con personas muy normales y corrientes que, por una razón u otra, tienen un problema emocional que no saben gestionar. Por eso, si piensas en acudir a una psicóloga, seguro que tienes una buena razón para ello.