Los españoles también morimos de estrés (aunque no queramos verlo)
Según datos del Ministerio de Empleo, en lo que va de 2016, la principal causa de muerte en el trabajo son los infartos y derrames cerebrales, que han aumentado en un 14,3 % respecto a 2015. Hablamos con expertos para saber qué hacer cuando nos sentimos estresados.
Ésta es la introducción del artículo publicado por SILVIA C. CARPALLO en la sección Bienestar del suplemento SModa de El País (artículo completo: en este enlace), un reportaje para el que se ha contado con un panel de expertos, entre los que se encuentra la psicóloga Yolanda Cuevas, miembro del equipo de Centro Vitae Psicología, de Zaragoza.
Sus aportaciones profesionales se han enfocado en este caso a la exposición de herramientas útiles para combatir los factores del estrés laboral y la forma en la que actuamos ante el mismo:
Aprender a manejar el estrés
La psicóloga Yolanda Cuevas explica que en el estrés intervienen “pensamientos, emociones y conductas”, por lo que propone diferentes ejercicios para controlar cada uno de ellos.
- Rediseña tu pensamiento: Generalmente nos creemos todo lo que pensamos, es algo automático, pero a veces también tenemos que cuestionarnos a nosotros mismos. “El cerebro está diseñado para salvarnos y cualquier situación que interpreta como una amenaza, automáticamente te lo pone en conocimiento en forma de monólogo. Se trata de un ruido al que no se le presta atención, pero que entorpece” y muchas veces hace que permanezcamos estresados, por ello la psicóloga insiste en que “recordemos que los pensamientos van a condicionar las emociones y ellas nuestra forma de actuar”.
- Generar pensamientos positivos: Las palabras son poderosas aunque no las digamos en alto. Repetir ideas como “horroroso”, “desastre”, “no poder más”… conseguirá que nos sintamos de esa manera. “Dar valor a lo negativo nunca suma, así que pon en valor aquello que sí tienes, sí te sale bien, si eres valorado… Tener solo la visión de lo malo o lo que no me gusta es como ver una película a trozos. No es una visión objetiva y realista”, insiste Cuevas.
- No niegues tus emociones, pero tampoco te encariñes con ellas: Se puede intentar pensar diferente, pero sentir diferente es mucho más difícil. “No te asustes de tus emociones, reconócelas y dales su espacio, pero con fecha de fin”. Es decir, que es importante dejar que esa emoción fluya, pero no quedarnos permanente en ella, sino que también tenemos que dejarla marchar.
- Dialoga con tus emociones: “Comprender tus emociones evita el daño a ti mismo y a los demás. Se sabe que el estrés también genera oxitocina, que fomenta las relaciones con familiares y amigos. Así que no te guardes tus emociones y compártelas”, asegura Cuevas. A veces hablar de un problema ayuda a verlo de otra manera, siempre y cuando lo hagamos de forma puntual y no nos estanquemos hablando siempre de lo mismo.
- Quema el estrés: No todo está en la mente, el cuerpo también ayuda. Practicar ejercicio, comer sano y dormir lo suficiente “es el kit básico de supervivencia, porque sin esta base no se puede trabajar la mente, porque no está en equilibrio. El ejercicio, además, libera los niveles de cortisol en sangre y libera endorfinas que promueven la calma, crean un estado de bienestar, mejoran el humor, reducen la presión sanguínea, y contrarrestan los niveles elevados de adrenalina asociados a la ansiedad”, informa la psicóloga.
- No postergues o procrastines: “El estrés te vuelve inseguro y la inseguridad te convence de que nunca es el momento. Con este modo se alargan las tareas y aumenta la rumiación mental y el malestar provocado por las emociones como la culpabilidad de no hacer las cosas en su momento”, y al final todo se acumula y nos estresamos más.
- Practicar meditación: Practicar meditación o técnicas como el mindfulness ayudan a “estar en el presente y no secuestrado por el pasado o el futuro y enredarnos en el sufrimiento que genera”. Según Cuevas, “veinte minutos de meditación reducen la ansiedad en un 39%”