Regresa de nuevo el debate viral sobre la percepción de colores, esta vez con la imagen de una zapatilla. Hay quien la ve de color rosa y blanco y quien la percibe azul y gris. Pero, ¿existe realmente una explicación neuropsicológica y científica más allá de las opiniones sociales?
Según explica Isabel Abenia, la percepción visual es un proceso sensorial que comienza en la retina y concluye en el córtex. El ojo humano percibe miles de colores y tonos que son interpretados por el cerebro.
Este proceso comienza en el sistema visual, formado por diversas clases de células que actúan como filtros. En la retina encontramos los fotorreceptores, que se componen de dos tipos, conos y bastones. Los bastones se activan en la oscuridad distinguiendo tonalidades como negro, blanco y grises; y los conos se activan durante el día permitiendo la visión de todos los colores.
Existen tres clases de conos con distinta sensibilidad espectral que se solapa de forma parcial. De forma que un único estímulo puede generar un trío de respuestas de cada población de conos y el sistema visual puede extraer diversos matices de colores. Un tipo de cono es sensible a la luz verde, otro a la roja y otro a la azul, y la combinación de estos colores es la que genera las múltiples gamas y tonalidades.
Ambos tipos de células, conos y bastones, conectan en el córtex con las áreas visuales a través del nervio óptico. Dicha conexión con el córtex se realiza de forma tanto ipsilateral (mismo lado del cuerpo) como contralateral (lado contrario), lo que implica que el color y tono captado por el ojo se proyecte en ambos hemisferios, pese a la dominancia de cada uno. Por tanto, este funcionamiento no apoya la explicación de las redes sociales que afirma una dominancia del hemisferio izquierdo (lógico, racional, matemático) si la zapatilla se ve gris y verde, y una dominancia del hemisferio derecho (creativo, intuitivo, artístico, emocional) si se ve rosa y blanca.
En conclusión, ver la imagen rosa y blanca o azul y gris no depende únicamente del proceso de percepción e interpretación visual sino que intervienen múltiples factores como la dominancia de fotorreceptores, iluminación y fondo de la imagen junto con la subjetividad de la persona. Cada uno realiza una elaboración propia del entorno que le rodea, se trata de una misma realidad percibida de forma diferente. Por ello, las experiencias vitales y la personalidad también influyen en nuestra forma de ver el mundo.
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