El decir adiós es siempre algo doloroso pero inevitable a lo largo de nuestra vida. A la vez que crecemos incorporamos nuevas experiencias, personas, y vamos dejando otras atrás. Algunas de estas despedidas son traumáticas por lo que significaban para nosotros y por lo que nos aportaban. A este proceso se le denomina Duelo: un periodo de tiempo necesario para la superación de la pérdida y para la adaptación a la vida sin lo que ya no está.. Las perdidas son oportunidades para crecer, podemos salir fortalecidos, porque generamos mas recursos para adaptarnos a situaciones que antes no existían y eso es avanzar, aceptar a la vida tal y como viene y sacar el mayor jugo de ella. Además la mayoría des estas despedidas son inevitables, incluso cuando elegimos algo renunciamos también a algo y el ser humano tiene recursos emocionales, físicos y psicológicos para afrontarlas solos y también con apoyo de otros. Experiencias dolorosas de despedidas pueden ser:
– Personas que se van de nuestro lado por muerte, separaciones, abandonos.
– Cuando cambiamos de lugar de residencia.
– Relaciones que se acaban
– Amistades que dejan de serlo
– Momentos que terminan
– Deseos que no podemos realizar
NOS DIFICULTA EL DUELO
A/ Nuestra cultura que nos enseña a pensar en la tristeza y el dolor como algo insuperable y destructivo y que la vida sin lo que queremos ya no tiene sentido.¡Que frases mas tremendas nos hemos creído!, incluso muchas de ellas las cantamos:
– No soportaría la vida sin el/ella
– Si no tengo lo que deseo, no puedo ser feliz
– Sin ti no soy nada
… De esta manera no estamos preparados para el dolor ni para la perdida. Sin embargo la tristeza es una emoción biológica natural y como tal tiene un final, pero si nos empeñamos en creer lo anterior nos apegamos al sufrimiento.
B/ El sentimiento de posesión hacia las personas o las cosas hace que las separaciones o perdidas sean mas desgarradoras y destructivas. Si creo que algo es mío lo agarro con tanta fuerza y tengo tanto miedo a perderle ( quizás porque no me considere merecedor de cosas buenas) que al separarme sin soltar se produce una ROTURA, me rompo y rompo.
C/ El miedo a lo desconocido también nos lleva a aferrarnos a lo que ha sido y esto nos impide vivir y disfrutar de lo que sigue. Cuando creemos y confiamos en seguir adelante nuestras posibilidades se multiplican.
PASOS PARA SUPERAR EL DUELO:
– Permitirnos estar en duelo, la tristeza.
– Aceptar el dolor pero confiar en que tiene un final, aunque probablemente nos sintamos solos, impotentes, descentrados y tristes.
– Darnos tiempo(si después de un año tras una perdida sigo tan triste como al principio he de buscar ayuda) – Mirar la perdida no como un fracaso personal sino como una oportunidad para crecer. Se supera cuando podemos recordar lo que pasó sin dolor.
– Se cuidadoso y amable contigo.
– No tengas miedo de volverte loco/a.
– Agradece y aprende a valorar las pequeñas cosas.
– Pide ayuda a los cercanos.
– Acepta la perdida y aprende a soltar, confía en ti y en tus recursos para salir adelante y para aprender a vivir de nuevo.
– Concéntrate en lo que si tienes no en lo que perdiste.
– Permite que las cosas dejen de ser para dar lugar a otras nuevas.
Gabinete Centro Vitae Psicología 976 21 61 75
C/ Dr. Cerrada 29, 1º Izq. Zaragoza
www.centrovitaepsicologia.com
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