El rendimiento escolar de un hijo/a es algo que preocupa a cualquier padre y madre. Sin embargo, hay que tener presente que no se trata de un baremo para medir la capacidad intelectual o las aptitudes del niño/a, sino de una evaluación de los conocimientos adquiridos y el nivel de interiorización de dichos conocimientos. No hemos de quedarnos anclados en un número, una nota o una posición, es conveniente alentar su avance, esfuerzo y capacidad.
El rendimiento escolar se ve afectado por diversos factores externos que pueden actuar en su beneficio o, por el contrario, disminuirlo. Factores como pueden ser el entorno en el que se estudia, el horario que se sigue, la motivación con la que se cuenta o el momento familiar que se vive.

Hábitos para mejorar el rendimiento escolar

En ocasiones, para notar una mejora significativa en el rendimiento académico de nuestro hijo/a, basta con incorporar a su rutina diaria una serie de costumbres y hábitos destinados a mejorar la planificación de tareas y a contar con un entorno adecuado y preparado para la correcta realización de dichas tareas.

Se trata de claves sencillas que requieren un poco de dedicación, pero que ayudarán a tu hijo/a a mejorar su rendimiento escolar y a sacar lo mejor de sí mismo/a. A continuación, te dejamos una lista con algunas de las más importantes.

En caso de que, tras aplicar estos consejos, tu hijo/a no consiga mejorar en su rendimiento escolar, puede que se necesite acudir a un profesional. En nuestro centro, contamos con psicólogas especializadas en el fracaso escolar, ¡consúltanos!

1. Acondicionar la zona de estudio

Contar con el ambiente y el espacio adecuado para estudiar es algo que influye directa y positivamente sobre el rendimiento escolar.A la hora de acondicionar la zona de estudio hemos de tener en cuenta que:

  • La zona debe ser siempre la misma, es recomendable buscar un lugar en el que sentirse cómodo y tranquilo, alejado de ruidos y distracciones, que fomente la concentración.
  • Debe estar bien iluminada, ya sea a través de luz natural o, en su defecto, de luz artificial blanca.
  • Mantenerla limpia y ordenada, así como disponer de espacio de almacenamiento para guardar todos los materiales necesarios para la tarea.
  • Contar con una silla buena y cómoda, que permita adoptar una postura adecuada para el estudio.

2. Agenda para Anotar Tareas

La utilización de una agenda para anotar y consultar tareas es una excelente manera de inculcar a los pequeños de la casa la importancia de una buena organización.

3. Determinar horario de estudio

El día solo tiene 24 horas, es fundamental aprender a optimizar el tiempo en la medida de lo posible. La elaboración de un horario de estudio permitirá a tu hijo/a organizar su tiempo y sacar el máximo partido de su esfuerzo, dejándole tiempo libre para otras actividades igualmente importantes.

La rutina nos da una estructura, ayudando a crear hábitos de estudio y mejorar la capacidad de concentración.

4. Planificar tareas

Hacer las cosas a lo loco no suele dar buenos resultados. Por eso es necesario dedicar un rato a planificar las tareas, ordenándolas según su prioridad y calculando el tiempo estimado que va a llevar realizarlas.

Una buena planificación permitirá que tu hijo/a tenga siempre presentes las tareas que tiene por delante, y esto le ayudará a incorporarlas y adaptarlas a su horario de estudio.

5. Reconocimiento de esfuerzo

Es importante que el niño/a entienda en todo momento que su esfuerzo tiene recompensa. Así, debemos motivarlo en todo momento, haciéndole ver cada uno de sus avances y valorando y reconociendo toda su dedicación y empeño. De esta manera,aprenderá que, con voluntad y constancia, las metas están más cerca.

Ya has comprobado que muchos de estos hábitos parecen evidentes a primera vista. Ahora bien, el reto es poder implantarlos y conseguir que tu hijo/a se adapte a ellos. Una vez resuelto este problema, seguro que es capaz de organizarse mejor y concentrarse en las tareas para mejorar en su rendimiento escolar.

El aliento es la habilidad más importante que los adultos pueden aprender para ayudar a los niños. Cuando nos esforzamos por motivar a otros y a nosotros mismos, lo que estamos haciendo es ayudar a desarrollar el valor para enfrentar los retos y dificultades de la vida

Rudolf Dreikurs

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